El marco legal vigente establece que las universidades tienen que hacer un seguimiento de los títulos registrados supervisado por AQU Cataluña.
El seguimiento tiene dos objetivos fundamentales:
ser una herramienta útil para la gestión de la universidad, que permita la evaluación del desarrollo de sus enseñanzas a partir del análisis de datos e indicadores, y la elaboración, si procede, de propuestas de mejora que sirvan para corregir las desviaciones observadas entre el diseño de los títulos y su desarrollo ordinario;
y que este proceso de reflexión sea la base de la acreditación, en el sentido que esta acreditación sea la culminación del proceso de seguimiento. La idea es entender estos dos procesos como uno solo: un proceso de mejora continua que culmina con la validación externa de los resultados conseguidos.
A la UdG, los centros docentes elaboraron hasta el curso 2012-13 un informe de seguimiento para cada titulación (IST). Estos informes fueron sustituidos por el actual informe de seguimiento de centro (SALGO) que engloba las diferentes titulaciones de grado y máster que se ofrecen en el centro e incluye, como parte esencial, el plan de mejora de acuerdo con los objetivos del centro y de la Universidad.
Este informe está elaborado por la Comisión de Calidad de Centro (CQC) y aprobado por la Junta de Gobierno del centro.
Para la elaboración de los SALGO la CQC utilizará toda la información recogida en el catálogo de evidencias y el corpus de indicadores definidos como necesarios en el seguimiento de las titulaciones, siguiendo las directrices de AQU Cataluña y los criterios que la Universidad pueda determinar.
Su presentación a AQU no es obligatoria, excepto por aquellos centros que ofrecen titulaciones que en el proceso de acreditación tienen estándares o subestàndares condicionados.
Además, la universidad elabora un informe de seguimiento de universidad (ISU), que sirve para valorar el proceso de seguimiento general, los problemas detectados en el desarrollo de las titulaciones y sus resultados académicos, las acciones de mejora propuestas o implantadas, y la detección de buenas prácticas que se puedan diseminar en el conjunto de la institución.