No cabe duda de que 2017 fue un año muy particular a nivel turístico en Barcelona. Se produjeron situaciones que dejaron cierto impacto en las reservas de hostelería, restauración y otros servicios relacionados. Pero hay una cuestión de fondo que tiene gran importancia para el futuro del sector: ¿hay o habrá saturación? ¿Cómo se puede lograr un turismo de calidad en Barcelona? Aquí abordamos algunas de sus claves.

Cantidad vs calidad: la capacidad de carga de Barcelona

Las ciudades son recursos turísticos en sí mismas, que es un concepto que tratamos ampliamente en nuestro tercer curso del Grado de Turismo. Por ello, es preciso tener en cuenta un aspecto fundamental para poder garantizar una buena experiencia al visitante y también a los propios habitantes de la ciudad: la capacidad de carga. Con este término se conoce el límite máximo de turistas que puede absorber dicho recurso. Para entenderlo, podríamos imaginar un museo que no pone límite a sus visitantes: sin duda, con las salas abarrotadas y con un nivel de ruido alto, la experiencia ofrecida distaría mucho de ser agradable.

Con las ciudades ocurre lo mismo y, a menudo, se menciona Venecia como ejemplo de ‘ciudad que muere de éxito’, recibiendo a unos 30 millones de visitantes al año. Barcelona no alcanza esas cifras, aunque muchos expertos se preguntan cuál es su límite de acogida de visitantes. Sea como fuere, el mero hecho de que se empiece a hablar de ‘turismofobia’ y de que el turismo esté entre los problemas más importantes de la ciudad según sus propios habitantes, como recoge el Barómetro semestral del Ayuntamiento, hace necesaria una reflexión sobre el modelo turístico futuro.

En este contexto, varias son las propuestas que se realizan desde diferentes ámbitos. Desde postulados radicales como una limitación directa de visitantes hasta otras que busquen la descentralización de los turistas, descongestionando barrios con cierta saturación (como La Barceloneta, según los más críticos) y derivándolos hacia otras zonas de interés o localidades del entorno. Y, por encima de todo ello, conviene siempre buscar una mayor calidad turística en Barcelona.

¿Qué se entiende por turismo de calidad en Barcelona?

El concepto mismo de turismo de calidad puede tener diferentes acepciones. Habitualmente se asocia al poder adquisitivo del turista y a la cantidad de dinero que ‘deja’ en la ciudad. En este sentido, el turismo de lujo y el de negocios (o MICE) serían sus paradigmas, y ya tienen vigencia a través de eventos como el Mobile World Congress.

Desde un punto de vista ambiental, el turismo de calidad, en Barcelona y en cualquier otro lugar, es aquel que respeta el entorno sin destruirlo y, a ser posible, ayudando a su regeneración. En este sentido, proyectos que impliquen rehabilitación arquitectónica o paisajística serían los más adecuados.

Desde un punto de vista social, la calidad turística en Barcelona debe tener por objetivo la integración del visitante en la ciudad, sin desplazar ni incomodar a sus habitantes. En este sentido, muchos son los que abogan por una regulación estricta de fenómenos como los apartamentos turísticos indiscriminados.

Y por último, a nivel laboral el turismo de calidad también se debería asociar con unas mejores condiciones de trabajo para los empleados del sector, propiciando la especialización y la estabilidad de los profesionales.

Esas son algunas de las líneas maestras que deberían guiar la política turística del futuro. ¡Matricúlate en Mediterrani y sumérgete en un apasionante sector, con mucho por ofrecer!