Todos hemos estado atentos estos días al Mundial de Futbol. Hoy es un día de sentimientos derroteros ya que ayer se eliminó España de la competición. Si algo ha tenido este campeonato ha sido mucha publicidad y noticias no exentas de polémica, desde acuerdos publicitarios incumplidos con muchas marcas de renombre, gran indignación por las condiciones de los trabajadores de las constructoras de los estadios, el rechazo de grandes artistas a contratos millonarios para asistir a promocionar el evento, y los problemas que ha ocasionado en los asistentes las altas temperaturas debido a un clima cada vez más extremo.
En lo que se refiere a la logística, Qatar ha hecho un despliegue enorme de medios. Ha construido en medio de la nada y en un tiempo récord zonas de hospedaje para los aficionados, además de estadios enteros para el uso exclusivo durante el Mundial, hoy vamos a hacer una mención especial a uno de esos estadios.
El Estadio 974
El Estadio efímero 974, construido en las costas del golfo, no solo ofrece unas impresionantes vistas de West Bay, sino también un diseño intrigante. Construido a partir de contenedores de carga de transporte marítimo, se ha utilizado menos material que para los estadios tradicionales, en homenaje al puerto cercano y a la historia industrial de la parcela en la que se asienta.
Es el primer estadio que cumple con los requisitos de la FIFA, que puede desmontarse totalmente y destinarse a otros usos tras el torneo. Su diseño es flexible, lo que permite volver a edificarlo con el mismo aforo en otro lugar u optar por hacer varios campos más pequeños utilizando los mismos materiales.
Su zona de asientos en grada está diseñada para ventilarse de forma natural, por lo que no hace falta aire acondicionado. Toda la estructura de acero del estadio puede reciclarse y reutilizarse después del torneo, según la opción de legado que se elija. Los métodos de aprovechamiento eficiente de los recursos hídricos empleados garantizan la reducción del consumo de agua en un 40% en comparación con un estadio convencional.
Ayer empezaron las operaciones para desmontarlo.
En Doha podemos encontrar otras grandes estructuras, como El Museo Nacional, el cual está inspirado en una rosa del desierto y firmado por Jean Nouvel, El Tornado, la fachada tubular que protagoniza el West Bay o la Mezquita Nacional, la única del mundo que tiene dos minaretes. Pero ya que hablamos de eventos deportivos, nos quedamos con The Torch.
The Torch, se ubica en la zona Aspire, la principal zona deportiva de la ciudad. En este entorno se encuentran las piscinas, el centro de rehabilitación y el estadio más antiguo de la ciudad de Doha.
The Torch, o La Antorcha, fue levantado en el año 2006 con motivo de los Juegos Olímpicos Asiáticos en los que Qatar ejerció como anfitrión. La obra de Hadi Simaan se concibió como una antorcha gigantesca que albergaría el fuego olímpico durante los Juegos. Su corazón es un enorme tubo de gas, mientras que su parte superior, a 300 metros del suelo, se abre para dejar espacio a la llama olímpica.
16 años después se ha reconvertido en un importante hotel de cinco estrellas con paredes de cristal desde el que se disfruta de vistas panorámicas de la ciudad. Ni que decir tiene que ya no hay llama en lo alto.
¿Qué te parecen este tipo de construcciones “sostenibles”?