Nos adentramos en el invierno, empieza el frío, los días son grises y más cortos. El cuerpo te pide mantita, sofá y algo calentito en las manos… tal vez el concepto que tengo sobre las navidades, roce la filosofía Hygge (concepto o expresión de origen danés que se traduce como “lo acogedor”. Una fusión entre lo cálido, lo placentero y la felicidad del hogar).

Pero el invierno también puede significar vacaciones, turismo diferente, escapadas en la nieve, esquiar y navidades.

Si eres de los segundos, que no puedes estar unas vacaciones tranquilo en casa Hyggeando, te dejo una selección de lugares extremos y maravillosos a su vez, experiencias que se quedan guardadas en el recuerdo para siempre, una amable selección de destinos de invierno.

Praga, República Checa

Viajar en invierno a una ciudad romántica suele intensificar las emociones que sientes en ella. Praga es un claro ejemplo de esta teoría. Pocas ciudades de Europa destilan la majestuosidad y belleza que emana la capital de la República Checa. El hercúleo rio Moldava, con sus gélidas aguas grises, pasa bajo los cimientos del famoso Puente de Carlos, este puente ses el más antiguo de Praga, lleva uniendo la Ciudad Pequeña y la Ciudad

Vieja desde principios del siglo XV. Podemos pasear por los rincones de los bellos palacios y sus edificios, iluminados de tal manera, que se asemejan a un oasis de calor en medio de la nieve. El Castillo, el Reloj Astronómico del Ayuntamiento Viejo, la Plaza de Wenceslao, la catedral de San Vito… Son solo algunos de los muchos monumentos que te enamorarán en Praga.

Laponia, Finlandia

Laponia es la región más septentrional de Finlandia y un destino para los amantes de las actividades al aire libre, conocido por sus increíbles fenómenos luminosos durante todo el año, su vasta naturaleza ártica y Papá Noel.

Laponia está en nuestro pensamiento como esa tierra mítica situada en el Círculo Polar Ártico, compartida por varios países: Finlandia, Noruega,

Suecia y Rusia. Tierra cubierta de bosques y páramos nevados que se pierden en el horizonte, donde viven los pueblos Sami, se crían manadas de renos y huskies. Tierra de contrastes donde el sol no se pone en verano y siempre es de día, y no llega a salir en invierno, y la noche polar llena de una extraña y misteriosa luz azul la vida de sus habitantes: “Kaamos”.

Finlandia es uno de los mejores lugares del mundo para observar las auroras boreales, siendo visibles durante más de 200 noches al año. Los meses de diciembre a febrero son los más fríos, pero también suelen ser los mejores para las auroras.

Islandia

Los aproximadamente 103.000 kilómetros cuadrados de superficie de Islandia albergan todas las maravillas naturales que uno pueda imaginar; cascadas, géiseres, volcanes, glaciares, termas naturales e incluso avistamiento de ballenas y otras aves autóctonas.
Debido a su complicada climatología y su accidentada geografía, su belleza ha permanecido inalterada durante siglos y ha llegado hasta nuestros días.

La inmensidad de la naturaleza islandesa y su grandeza se contrapone a la calma y tranquilidad de sus ciudades y pueblos, donde incluso Reikiavik no supera los 130.000 habitantes. Esto, a su vez, ha provocado que Islandia sea el país ideal para conocer las antiguas leyendas vikingas y tradiciones nórdicas, ya que en sus calmadas poblaciones el tiempo parece en muchos casos haberse detenido hace siglos.

Alberta

Alberta está rodeada por las famosas Montañas Rocosas canadienses, cubiertas de frondosos bosques, mientras que la zona sur da paso a interminables praderas. La región hace de esta provincia un hermoso lugar para visitar.

Alberta tiene una belleza de fama mundial. Podemos visitar Banff, el Lago Louise y el peculiar pueblecito de Jasper. Nos encontramos con una amplia selección de cosas que hacer durante nuestras vacaciones, como ir a esquiar, escalada en hielo, paseos con raquetas de nieve, disfrutar de grandes esplanadas congeladas en moto de nieve… la zona boscosa de los Rockies es tan grande que es fácil sentirte como si fueras la única persona en el planeta.

El Polo Norte

Viajar al Polo Norte geográfico, los 90 grados de latitud norte, no es una experiencia apta para todo el mundo, o eso dicen los por allí han estado. Hay que ser aventurero, tener ganar de conocer mundo y de, por decirlo de algún modo, pasar un frío de narices. Pero, según cuentan los que ya han logrado esta hazaña, merece la pena.

Una expedición tan ambiciosa como arriesgada que no está pensada para todos los públicos. Su coste se sitúa alrededor de 16.000 euros y, dependiendo de la forma en la que decidas alcanzar el punto más al norte de la Tierra, tendrás que tener por lo menos un buen fondo físico.

Básicamente, existen dos formas de alcanzar el Polo Norte geográfico: en helicóptero o esquiando. Por supuesto, si eliges este último camino, será el más duro, pero también el más auténtico.

Lo primero que tienes que saber es que tu ruta deberá partir de Noruega, aunque también se puede hacer desde Canadá, pero el precio aumenta considerablemente.

Si te ves con ganas, fuerzas y forma física, puedes ir hasta los 90 grados norte esquiando, pero no será un paseo. Tendrás que tirar de un trineo con unos 50 kilos de peso, en los que llevarás tu propio equipo. En total, serán siete días andando, para recorrer los escasos 150 kilómetros que separan la base del punto más al norte del planeta.

Islas Canarias

¿Claro, y qué ocurre si no te gusta el frío? Metemos en nuestra lista a un Made in Spain, Las Islas Canarias.

Aunque las Canarias tienen fama de conservar el calorcito del verano prácticamente todo el año, hay diferencias considerables de isla a isla en cuanto al clima se refiere. Fuerteventura es de las más cálidas durante el invierno. Por una sencilla razón. Cuanto más cerca de África, más calor hace. Nuestra recomendación es que te vayas directamente del aeropuerto a la playa volcánica de Cofete. La arena seguro que estará calentita.

Aunque cualquiera de las 8 islas es una opción maravillosa.

¿Y tú? ¿qué vas a hacer este invierno?